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lunes, 9 de diciembre de 2013

PROFANIDAD DE LOS HUAQUEROS

PROFANIDAD DE LOS HUAQUEROS
Si los Incas borraron de sus anales la destreza y el adelanto del arte metalúrgico de los vencidos yungas, éste quedó encerrado en las tumbas más tarde violadas por conquistadores, huaqueros y arqueólogos. Entonces empezó a resurgir para la historia cultural la maravillosa orfebrería Chimú.
La primera revelación de los tesoros enterrados del Chimú la dio el cacique de este pueblo Sachas Guamán, en l535, cuando obsequió al Teniente de Trujillo, Martín de Estete, con un deslumbrante e irisado tesoro de objetos de oro, de plumas y de perlas, que fue extraído de la casa de ídolos o huaca de Chimú-Guamán, junto a la mar. Figuraban en el lote miliunanochesco, una almohada cubierta de perlas, una mitra de perlas, un collar de oro y perlas y un asiento en cuyo espaldar había borlas de perlas que ceñían cabezas esculpidas de pájaros. Equipo marfileño que acaso perteneciera a algún sacerdote del culto lunar, que era, según el cronista Calancha, el privativo de los yungas, en contraste con el andino culto solar. Se repitió después el áureo donativo hecho legendario de la huaca del Peje Chico a García de Toledo, que le dio 427,735 castellanos en 1566 y 278,134 en 1578, y volvió a rendir 235,000 castellanos en l592. De las huacas de la gran ciudad de Chanchán –llamadas popularmente de Toledo o del Peje Grande y Chico, del Obispo, de las Conchas, de la Misa, de la Esperanza– surgieron en la época colonial tesoros que se fundieron y dieron ríos de onzas deslumbrantes. De la huaca del Sol de Moche se extrajo, según Calancha, como 800,000 pesos. Y el desvalijo continuó por los huaqueros de la época republicana, como aquel empírico coronel La Rosa, que repartió sus trofeos arqueológicos con el viajero Squier y confesó a Wiener que había hecho fundir más de cinco mil mariposas de oro, de apenas un miligramo de espesor, lindos juguetes con alas de filigrana, a los que se podía, por su levedad, lanzar al aire y ver revolotear alegremente venciendo la pesantez hasta caer en tierra. La mayoría de los objetos de oro encontrados en Chanchán y en otros lugares, fue fundida o emigró a los museos extranjeros, para constituir las innúmeras colecciones que poseen ejemplares y muestras que no tienen los escasos museos peruanos y las colecciones particulares peruanas, torpemente prohibidas.

domingo, 24 de noviembre de 2013

cobre, plata y oro se intensificó en el Peru

Producción nacional de cobre, plata y oro se intensificó en agosto


(Reuters). La producción de cobre, oro y plata del país creció fuertemente en agosto frente al mismo mes del año anterior, según cifras mostradas hoy por el gobierno.
La producción de cobre aumentó un 16,8% interanual en agosto, a 132.098 toneladas, mientras que la de oro creció un 12,7%, a 14,5 millones de gramos, de acuerdo a datos publicados por el Ministerio de Energía y Minas en su página web.
Asimismo, la producción de plata aumentó un 6,1% en agosto frente a igual mes del año pasado, a 312.478 kilos, agregó.
Sin embargo, la producción de zinc se redujo un 4,9% interanual, a 108.119 toneladas.
Estas cifras continúan por la senda de crecimiento que experimentó el sector en julio, según datos del ministro.
El país es el tercer productor mundial de cobre y plata y el sexto de oro.

la producción nacional de oro proviene de la minería ilegal

la producción nacional de oro proviene de la 
minería ilegal



Un reciente informe realizado por Verité, una ONG estadounidense encargada de combatir el trabajo forzoso a nivel mundial, reveló que el 20% de todo el oro que se produce en nuestro país proviene de la minería ilegal.
El estudio sostiene que la región de Madre de Dios es el principal foco de producción de oro ilegal. En la zona, el 97% de la producción total de este metal es ilegal.
CONDICIONES INHUMANAS 
Pero el reporte no se limita a las cifras de producción. Ha revelado, además, que los trabajadores que se ocupan de las tareas de extracción laboran en pésimas condiciones. Según el investigador principal del informe, Quinn Kepes, “en ninguna otra parte del mundo hemos visto peores condiciones de trabajo”.

Para ocultar su creciente fuerza de trabajo, las mineras ilegales han comenzado a pagar a los trabajadores bajo la mesa, señala el informe.
EL DESTINO
El informe afirma que gran parte de este oro ilegal llega a Suiza, donde se refina o se utiliza en productos de lujo como relojes y joyas. Sólo en 2011, Perú exportó 25 toneladas (27,6 toneladas) por valor de más de US$1 mil millones a Suiza.

En total, las exportaciones de oro a Suiza bordean los US$6 mil millones por año. “Miles de millones de dólares en oro producido ilegalmente han hecho su camino desde Perú a Suiza”, afirma Kepes.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Identifican petroglifos y restos arqueológicos en Juanjuí y Tocache

Identifican petroglifos y restos arqueológicos en Juanjuí y Tocache

Proyecto de recuperación del Goresam es financiado por DEVIDA

JUANJUÍ - SAN MARTÍN
El arqueólogo José Manuel Bautista Cóndor, quien presta servicios a la actividad “Saneamiento y Titulación de Predios Rurales para el Desarrollo Integral y Sostenible” para los agricultores de las provincias de Tocache, Mariscal Cáceres, Huallaga y Bellavista, informó que se han identificado sitios arqueológicos ubicados en las provincias de Juanjuí y Tocache, de los cuales dos van a ingresar al inventariado de bienes muebles arqueológicos culturales de la región San Martín.
Bautista indicó a INFOREGIÓN que se trata de los petroglifos denominados Petaca, llamados así por encontrarse en un sector con el mismo nombre y que están ubicados en el caserío Shepte, distrito de Huicungo, en la provincia de Mariscal Cáceres; y del sitio arqueológico cerámico Rumi Taita, lugar que se encuentra en el distrito de Uchiza, provincia de Tocache, donde se ha encontrado evidencias líticas.
“Esto implica que en ese lugar se asentó una comunidad aún no determinada en el aspecto y filiación  cronológica debido a que no se han hecho excavaciones. Nuestro trabajo solo se limita a identificar y delimitar sitios arqueológicos”, indicó.
El arqueólogo invocó a las autoridades de la región para que apuesten e inviertan en la conservación de estos lugares y presentará un informe con este propósito.
“El informe que presentaré sobre la actividad de titulación incluirá las recomendaciones que se están priorizando la conservación de estos sitios arqueológicos. En lo que se refiere a los petroglifos de Petaca, urge construir un techo y realizar limpieza para evitar su deterioro. Al lugar cerámico Rumi Taita de Uchiza, hay que delimitarlo, porque muchas veces el agricultor, por desconocimiento, no cuida el patrimonio ecológico”, dijo.
Manifestó además no se deben realizar actividades de agricultura y ganadería sobre el espacio geográfico. “Hay que ubicar los hitos y paneles respectivos en estos lugares, de tal manera que los pobladores, y principalmente las autoridades, conserven este riquísimo patrimonio milenario de nuestras sociedades que nos antecedieron”.
Cabe señalar que el proyecto “Saneamiento y Titulación de Predios Rurales para el Desarrollo Integral y Sostenible” es parte de un convenio suscrito por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) y el Gobierno Regional de San Martín 

El Tumi de Oro Tesoros Escondidos

El Tumi de Oro Tesoros Escondidos

Un tumi de oro lambayeque. Colección del Museo Etnográfico de Berlín.

bien seguiremos haciendo una lista de informacion de tesoros ocultos uno de ellos el tumi.
El Tumi es un tipo de cuchillo ceremonial usado en el Antiguo Perú por las culturas Moche, Chimú e Inca. Habitualmente está formado por una sola pieza metálica. El mango de un tumi tiene forma rectangular o trapezoidal. Aunque su longitud es variable, ésta siempre excede el ancho de una mano. En uno de los extremos del mango está la marca característica de los tumis: una hoja cortante en forma semicircular (donde el lado curvo es el que tiene el filo y el lado recto es perpendicular al mango).

Tumi Lambayeque



Tumi de terracota
Los ejemplares arqueológicos más conocidos son los que proceden de sitios arqueológicos de la costa norte peruana, especialmente los del período lambayeque(700-1300 d. C.) (también llamado Sicán). La sección del mango de estos Tumis muestra una elaborada figura de forma humana y ojos almendrados (figura que tradicionalmente se ha identificado con Naylamp, un dios-rey de los mitos lambayeque) , a veces con incrustaciones de piedras semipreciosas. Los Tumis lambayeque son algunas de las piezas más famosas del arte precolombino peruano.
En 2006 las tumbas lambayeque encontradas por Izumi Shimada y Carlos Elera en el bosque de Pomac permitieron el registro arqueológico de tumis in situ por primera vez. Hasta esa fecha, todos los tumis lambayeque conocidos procedían de tumbas saqueadas. Fue creado entre 1100-1400

Usos

El arte andino precolombino (especialmente el arte moche) muestra claramente el degollamiento de prisioneros con tumis.
Se sabe que los antiguos peruanos curaban a sus heridos con traumatismos craneales severos (algo común en la guerra, que utilizaba las mazas contundentes como una de sus principales armas) practicando cortes y extracción de la parte dañada del cráneo (trepanaciones craneanas). Estas operaciones muchas veces permitían que el herido siguiera viviendo, tal como lo demuestra la evidencia arqueológica de cráneos trepanados encontrados sobre todo en la costa sur peruana. (Especialmente de las culturas paracas ynazca). Es una idea común que esos cortes se practicaban con cuchillos de pedernal y con tumis metálicos.
Ello ha influido en la simbología médica contemporánea. De hecho, la famosa Vara de Esculapio con una serpiente enroscada, uno de los símbolos universales de la práctica médica, es sustituida en el Perú contemporáneo por la silueta de un tumi, como se pude ver en los isotipos de instituciones médicas del país (Gremios médicos, clínicas, etc.). En algunas entidades el tumi va acompañado de las clásicas serpientes entrelazada... La representación es la de un personaje mítico, que algunos estudiosos sostiene que es la del antiquísimo Naymlap. La cabeza del personaje en su parte superior termina en una diadema en media luna que en su campo medio presenta OCHO ESMERALDAS incrustadas y rodeada por adornos circulares en el mismo metal, sobre las esmeraldas aparece en arco una hilera de catorce dibujos en forma de “S” en posición horizontal y entrelazadas unas con otras sobre la cual hay otra fila de adornos en zig-zag y se remata la parte superior y enmarcada entre dos hileras de adornos globales, una fila de doce figuras en forma de “S” horizontales.
Debajo de la diadema, presenta la cara cubierta por una máscara, donde los ojos son redondos y rasgados hacia los lados y hacia arriba; prototipo de las máscaras Lambayeque; una nariz que según algunos estudiosos cuando se aprecia de perfil tiene la forma de pico de ave (característica ornitomorfa); una boca diseñada por una línea horizontal en bajo relieve con labios pronunciados y enmarcado por dos líneas laterales verticales que simulan los pómulos y abajo el mentón de la cara.
Lateralmente se desprenden de la diadema dos orejeras que rematan cada una de ellas en un círculo metálico con incrustación de una esmeralda. Además y también lateralmente cuelgan a manera de dijes, dos estructuras que representan aves mitológicas, sostenidas con el pico hacia abajo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Buscando El Dorado se encuentra en Amazona y San Martin.

Buscando El Dorado se encuentra en Amazona y San Martin.


En la forma ya descrita están las bases materiales que explican como ese mito se generó, cristalizó y generalizó muy rápidamente. Y tanto que en 1539 ya era eso lo que estaba buscando Gonzalo Pizarro. Históricamente los acontecimientos del Rescate y del Coricancha habían ya ocurrido cuando Gonzalo Pizarro, mandado por su hermano Francisco (primer gobernador español del Perú), salió del Cuzco en 1539 en busca de El Dorado (y también de otras tierras míticas: del Clavo y la Canela). Del Cuzco, con más de un centenar de otros conquistadores y millares de los indios vencidos (literalmente en condición de esclavos para servir, cargar, etc), Gonzalo marchó hasta Guayaquil dónde encontró a su primo Francisco de Orellana. Juntos entrarían en tierras cada vez más al Oriente, bajando hasta la selva tropical en un viaje que culminaría en 1541 cuando Orellana (que por órdenes de su jefe Gonzalo se había separado de él pero, rebelándose contra las órdenes de su jefe, no regresó para re-encontrarlo) por casualidad encuentra, y navega hasta su desembocadura, al río que, a partir de lo que escribió el cronista de esa expedición Francisco de Carvajal, pasará a ser conocido como Río Amazonas. Se inició así la incorporación de la Amazonía a la historia occidental a un costo asesino: todos los indígenas obligados a acompañarlos murieron y, a su paso, todas las aldeas de los pueblos nativos amazónicos, que defendieron valientemente sus territorios, fueron atacados e incendiados. No se encontró El Dorado pero sí la más vasta floresta continua tropical de la Tierra de casi 7 millones de kilómetros cuadrados (compartida actualmente por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela y Guyana Francesa, colonia de Francia), la más rica en formas de vida vegetal y animal de la masa continental mundial, la más importante fuente de  agua corriente de superficie del mundo, etc. Pero su incorporación a la historia mundial, que no ha terminado hasta hoy, fue de forma colonial (o sea, explotadora, destructiva y racista). El mito de El Dorado, como parte de esa razón colonial que emergía, fue transformándose en propulsor importante de la penetración destructiva, por parte de Occidente, en los vastos territorios del interior de América del Sur.
 


Resulta evidente que sin la búsqueda de las riquezas metalíferas de El Dorado difícilmente habrían existido las expediciones, todas destructivas, de: Gonzalo Pizarro – Orellana, Sir Walter Raleigh y de los portugueses (penetrando y expandiéndose cada vez más a través de la Amazonía. Y las bases materiales (históricas) directamente relacionadas con ese mito están en El Cuarto del Rescate y en el Coricancha. Las otras cosas importantes vinculadas a ese mito no han sido encontradas hasta hoy: ni el Gran Paititi ni el oro del Príncipe acumulado en el fondo de un lago. Estas, por lo menos hasta dónde este autor conoce, continúan ocupando el territorio de las meras leyendas: por eso su espacio es el mítico y no el histórico.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Oro del Perú


Oro del Perú Del Cuarto del rescate al mito de El Dorado


El mito de El Dorado, aquella ciudad perdida en algún lugar de Sudamérica, hecha totalmente de oro, surgió en el imaginario occidental gracias a los relatos del rescate de Atahualpa y Coricancha.
Palabras clave: mito, El Dorado, Perú, oro, minería

El estado actual del Cuarto del Rescate fue otro de los temas tratados en la Audiencia Regional... se encuentra rodeado por viviendas, por lo que la Beneficencia Pública [de Cajamarca] realiza gestiones a fin de liberar de ese entorno a este monumento histórico

Uno de los estudios... sobre el potencial minero de la región Cajamarca señala que el valor de las reservas mineras está en el orden de los 142 mil millones de dólares.


I. El Mito.
¿Podría haber aparecido en el imaginario español (y occidental) el poderoso mito de El Dorado sin la existencia real (material, tangible y mensurable) del fabuloso tesoro del Cuarto del Rescate y del Oro de los Incas? La respuesta es simple: NO. Y es NO por lo siguiente.
Ese mito, surgido entre los españoles y que sería una de las grandes ideas -  fuerza que impulsarían su expansión cada vez más al interior de América del Sur, dice lo siguiente. Caminando desde la costa del Pacífico y  cruzando los Andes, en algún lugar al Oriente (o sea en alguna parte de la inmensa región sudamericana que desde 1542 sería conocida como  Amazónica) se encontraría una ciudad secreta, construida toda de oro (paredes, templos, etc),  capital residencial de un poderoso Rey Indígena y su corte. Ese Rey era de una sociedad que tenía por dios al Sol y por eso la ciudad era construida de oro para rendirle pleitesía siempre ya que ese metal era considerado encarnación terrena de esa divinidad. Otra versión de ese mito dice que un Príncipe Indígena diariamente se cubría con polvo de oro y, en un lago, se bañaba retirando el oro de su cuerpo el que, por su peso, se depositaba en el fondo. Ese Príncipe, también adorador del Sol, anualmente viajaba hasta el centro del lago en una balsa cargada de objetos auríferos los que, ritualmente, eran tirados al agua: así por siglos.

II. La realidad detrás del mito.
La Historia muestra que en 1532 territorios que hoy conforman el Perú tuvieron la desgracia de comenzar a ser invadidos por conquistadores españoles los que eran comandados por el analfabeto y ex - criador de cerdos Francisco Pizarro. De todas las consecuencias de esa historia muy infeliz lo que interesa recuperar aquí es lo siguiente.
En noviembre de 1532 Atahualpa, históricamente el último de los soberanos Incas, descansaba en su residencia de invierno de Cajamarca tomando baños en las aguas termales de esa ciudad. Entonces fue que aceptó la propuesta de embajadores de Pizarro para un encuentro que, por consenso entre las partes,  fue denominado de pacífico razón por la cual aceptó presentarse con su ejército desarmado. El encuentro fue el 16 de noviembre. Allí Atahualpa y todos los otros  Incas de su séquito fueron sorprendidos porque los españoles quienes, guiándose por sus principios de usar cualquier medio para obtener victorias, habían mentido pues repentina y traicioneramente atacaron y capturaron al Monarca Inca. Posteriormente lo asesinarían, aplicándole la pena del garrote. Este capítulo de la historia pasó a ser conocido como El Rescate

viernes, 8 de noviembre de 2013

Leyenda del Muki o muqui asociada al oro

El Muki ó Muqui andino

 
Existe una leyenda urbana en los andes centrales de Perú acerca del Muki o Muqui, el cual es al parecer un duende que habita en las minas en especial las profundas, por ello solo su existencia se centra al espacio subterráneo (en otras palabras solo en el interior de la mina). El Muki desarrolla una conexión con los trabajadores del socavón a los cuales escarmienta o ayuda decisiones que el mismo ente decide.

Conforme pasa el tiempo su descripción varia dependiendo la época, relatos de mineros en los años 30´s decían que recorría socavones sosteniendo una pequeña lámpara de carburo vistiendo con un poncho hecho con lana de vicuña, en la cabeza llevaba 2 pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave y encantadora. Ahora en nuestros días quienes han percibido su presencia refieren que no es muy diferente aunque ahora viste con ropa de minero, algunos poseen botas de agua y hasta usan linternas eléctricas de batería posiblemente hurtadas de los mismos mineros.
La leyenda del Muki se encuentra muy extendida en el ambiente minero de los andes peruanos, no han sido pocos los que han sido testigos de su existencia así como de sus travesuras o bondades según haya sido su suerte, incluso puede ser que tome la apariencia de un animal el cual ya de por si es extraño que este dentro de la mina, o de un hombre blanco y rubio el cual se presenta con  los mineros muchas veces para engañarlos y hacer una de las suyas.
Muki significa húmedo o humedad en quechua, por eso se dice que suele aparecer en lugares cercanos al agua, aunque también puede ser una derivación de Mukiq que significa “el que asfixia” el cual se puede pensar que está asociado a los gases letales que pueden estar en algunos lugares bajo tierra.
En los departamentos mineros de Perú la descripción de este ser es la misma mas el nombre como lo reconocen varía dependiendo la región, por ejemplo en Arequipa lo conocen como Chinchilico, en Puno Anchancho, en Pasco Muki y en Cajamarca Jusshi. Se puede pensar que el Muki guarda relación con las diferentes criaturas con las mismas características en distintos lugares del mundo, que también tienen una conexión muy fuerte con la tierra como los leprechauns en las minas de Irlanda ó los entes benignos que habitan en las minas de estaño de Cornualles y Devon, puede que solo sea una extraña coincidencia el hecho de que se cuente historias de seres pequeños en trabajos subterráneos, pero como dicen algunos “las coincidencias de esta manera no existen”.
 

El Muki o Muqui dueño del oro y las minas

Muqui (mitología)

El muqui, muki o anchancho,


 es un duende de la mitología de los Andes centrales en Bolivia, Perú, Ecuador, y Colombia; el cual se caracteriza por ser minero y, como tal, su existencia está circunscrita al espacio subterráneo: el muqui habita en el interior de la mina.
La palabra Muqui resulta de la castellanización del vocablo quechua murik, que significa "el que asfixia" o muriska "el que es asfixiado". En su vertiente huancavelicana, la palabra muqui sugiere "el acto de torcer", "ahorcar". Por ello, los antiguos mineros inconscientemente, identificaron al Muqui con el sílice, polvo letal que produce la enfermedad de la silicosis. Aunque también Muki en quechua significa "húmedo" o "humedad". De ahí se dice que el Muki aparece en los lugares donde hay agua.
A pesar de la distancia y el aislamiento de los campamentos mineros, la creencia y la descripción del Muki es, prácticamente, la misma en la sierra desde Puno, en el sur hasta Cajamarca en el norte del Perú, en el centro hasta Pasco, aunque su nombre varía en algunos lugares. En Arequipa, por ejemplo, se le llama “Chinchilico”; en Puno, “Anchancho” en Pasco y la región andina de Bolivia, “Muqui” y en Cajamarca, “Jusshi”. Todas estas ciudades están localizadas en el Perú.
La fusión (sincretismo) de la cultura indígena con la cristiana, supuso también la inclusión de creencias occidentales con respecto a este mito, tal como que las principales vícitimas de estos duendecillos era los niños moritos, aquellos que aún no habían recibido el bautismo; incluso se menciona en algunos lugares del sur del país, que son estos niños no bautizados, eran quienes se convertían en los duendecillos. Según antiguos relatos, Los niños que no son bautizados, son raptados por los duendes, los cuales viven (o se esconden) en las higueras o platanales, para que se conviertan en uno de ellos. El niño que se encuentra con estos seres, aparte de recibir un gran susto adquiere una piel muy pálida, por lo que se recomienda llevar lo más antes posible a una iglesia para que reciba el Sacramento.
La creencia en el Muki surgiría tanto de las antiguas tradiciones andinas sobre los demonios y pequeños seres que pueblan el “Uku Pacha” o mundo de abajo, como de los propios temores y de la necesidad de los trabajadores de encontrar una explicación a las cosas extraordinarias que suelen ocurrir diariamente en la labor minera.
Como se advierte, en el imaginario popular, no existe un solo tipo de Muqui. Así como hay diversidad de elfos mineros a nivel universal, existen también variedades de Muquis en el mundo subterráneo de los Andes. Se les conoce por los lugares en que se hicieron visibles. Sus diferencias son formales antes que de esencia. Así tenemos Muquis de Huacracocha, de Goyllar, de Morococha, de El Diamante, de Santender, de la Mina Tentadora, de la mina Julcani, de Excélsior, por citar algunos de los más conocidos de una inacabable relación que corresponde a la tradición oral de las minas.

Fisonomía, vestimenta y costumbres

De estatura pequeña, el Muqui no excede los cincuenta centímetros, perteneciendo, estos seres, a la categoría de los enanos.
Para la tradición cerreña, el Muqui es un ser pequeño, de cuerpo fornido y desproporcionado. Su cabeza está unida al tronco, pues no tiene cuello. Su voz es grave y ronca, no concordante con su estatura. Sus cabellos son largos, de color rubio brillante. Su rostro es colorado y está cubierto de vellos. Posee una barba larga, del color blanquecino de la alcaparrosa. Su mirada es penetrante, agresiva e hipnótica, de reflejos metálicos. En otras tradiciones mineras, su cabeza presenta dos cuernos. Éstos le sirven para romper las rocas y señalar las vetas. Su piel es muy blanca y lleva colgado de la mano un farolito (cf. Sosa y Tamara). Además tiene las orejas en punta. (La influencia occidental es nítida en este aspecto de la representación. El diablo, originario de la cultura etrusca y difundido extensamente en el bajo medioevo por el catolicismo, ha sido vinculado con los duendes mineros. Los metalarios del periodo inicial de la alquimia, atribuían a los duendes, gnomos, kobolds y al diablo mismo, las perturbaciones en el tratamiento de los metales. Por ejemplo, el nombre del cobalto deriva de kobold (duende escandinavo) y níquel del diablo mismo, como lo llamaba un sector de alquimistas.)
Habitan en lugares desérticos, atacan produciendo bastante miedo a sus víctimas o adversarios, se dice que suelen llevarse niños solos e indefensos; un secreto de personas antiguas para enfrentarlos es quitarse el cinturón o correa de los pantalones y darles con el cinturón con mucha fuerza sin dejarse vencer por el miedo.
Su descripción varía de acuerdo a la época. Antiguamente, por la década de los años 1930, se decía que recorría los socavones sosteniendo en la mano, una pequeña lámpara de carburo, abrigado con un poncho hecho de lana de vicuña. Tenía en la cabeza dos pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave. En la actualidad no es muy diferente, aunque ahora vista ropa de minero, botas de agua y use una linterna eléctrica a batería. A veces el pequeño duende toma también la forma de animal o de un hombre muy blanco y rubio para presentarse a los mineros y engañarlos.
La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente minero de los Andes Centrales.
Consecuente con las exigencias del trabajo, el Muqui usa casco, ropa de minero y calza botas claveteadas. En otras tradiciones, se le representa como un geniecillo vestido de verde musgo, a veces con una finísima capa de vicuña o con el traje impermeable que usan los mineros. Generalmente, porta en la cintura una lámpara, ya de carburo, ya eléctrica, según el avance teconológico de la mina. Lleva un shicullo, soga de pelos de la cola del caballo, atado a la cintura. Camina como pato, pues sus pies son de tamaño anormal. Sus extremidades inferiores pueden adoptar la forma de las patas de un ganso o cuervo. Asimismo, pueden tener la punta hacia atrás. Por ello su ropa les cubre hasta los pies. Los curiosos esparcen ceniza o harina en su camino para auscultar la huella que dejan a su paso.
El Muqui puede andar solo o acompañado: refieren, algunos informantes, episodios protagonizados por varios Muquis formando grupos; otros dan fe sobre su inclinación de vivir solos. Pueblan, estos seres, un mundo de eterna oscuridad, sin tiempo. No se le ha visto envejecer, pareciera que el tiempo no le afecta. Y, en su sorprendente existir, se torna visible o invisible a los ojos mortales. Los Muquis gustan de lanzar penetrantes silbidos. Éstos, anuncian peligro y salvaguardan a los mineros de su simpatía. En otras ocasiones, producen desconcierto y miedo. Los Muquis, son comunicativos. Hablan a los oídos, conversan en los sueños, poseen un extraño poder premonitorio. Esta energía dialogal es sentida, vitalmente, por las gentes de las minas. El Muqui no gusta de los agnósticos. Le molesta que duden de su existencia.
El Muqui se inmiscuye en el destino de los trabajadores del socavón, gratificándolos o escarmentándolos. Es un misterioso enano conocido como el dueño de las minas.
El Muqui es un duende investido de poder. A su voluntad, hace aparecer o desaparecer las vetas (veta de oro). Está atento a las obsesiones, resentimientos, ambiciones y frustraciones de los mineros. Y, al tiempo que demuestra simpatía hacia unos, genera castigo y escarmiento a otros. Puede aliviar el trabajo, ablandar las vetas o endurecerlas, si prefiere. Suele conceder favores, establecer pactos, sellar alianzas, llegar a acuerdos a plazo fijo, que cobra puntual e inexorablemente. Pues, estos donantes de la buena o mala suerte, poseen un código de honor preciso y reservado. Su ética exige discreción y reciprocidad en sus pactos. De allí que los amigos del Muqui sean personas de opiniones reservadas y criterios parcos.
La mayoría de relatos coinciden en que es posible atrapar al Muqui y hacer “pacto” con él para enriquecerse. En el caso más frecuente el enanito de las minas ofrece al trabajador hacer su “tarea” a cambio de coca, alcohol y hasta de la compañía de una mujer para mitigar su soledad. Pero casi siempre el resultado del pacto es trágico, pues a la larga de una u otra manera el minero incumple y el Muqui se venga quintándole la vida.
El Muqui se abstrae en el juego o el trabajo. Por esa razón bien puede observársele sin que lo advierta. En esa circunstancia, los audaces, logran cogerlo y sujetarlo con el shicullo. En tal caso, al Muqui "se le amarra sólo con soga de cerda de caballo, porque hasta el alambre lo rompe" (cf. Huanay: 78-79). Enseguida, se lo cubre con la misma ropa de su captor. Este secreto, lo inmoviliza. Ha habido mineros que habiéndolo amarrado lo han amenazado con llevarlo a la luz y el Muqui se ha vencido, sabedor de su debilidad: los reflejos del sol lo desvanecen y matan.